Había oído muchas cosas sobre la depilación láser, buenas y malas. Antes de acceder al proyecto me informé de cómo funciona y me animé a intentarlo. Si antes no había tenido valor era mayoritariamente por los comentarios de que quemaba, dolía...
Una mujer muy agradable me llamó para concertar la cita cuando mejor me viniera. Trabajo en Tarragona y tengo un centro cerca de la academia, así que pedí cita allí. Los horarios son bastante amplios, así que no es difícil encontrar un hueco.
Al llegar a la clínica me hicieron unas preguntas para comprobar que mi piel no era más sensible de lo normal y que fuera seguro utilizar el láser conmigo. Me explicaron de nuevo el compromiso Pelostop. Si no quedas satisfecha con el resultado, te regalan un año de sesiones.
Todo el personal de la clínica es femenino para evitar que nos sintamos incómodas o cohibidas. De todas maneras, yo fui a hacerme las axilas y la chica que me atendió me dijo que me quitara la camiseta (si vais con camiseta de tirantes, os la podéis dejar) y me tapó con una toalla. Luego me explicó que oiría unos ruidos, me puso las gafas protectoras (muy importantes para proteger nuestra vista, además te las llevas a casa para futuras sesiones) y me dijo que vería unos destellos y notaría como una pequeña descarga.
La verdad es que es muy rápido. Yo diría que fueron unos tres minutos y las descargas son muy rápidas y leves. No duele ni quema. Es como un pinchacito que pasa enseguida. Luego me aplicó aloe vera y ya habíamos acabado.
Al principio me sorprendió un poco que al cabo de unos días aún tuviera pelillos. Al quemar la raíz del pelo, tardan un poco en caerse, pero no siguen creciendo. Y realmente, después crecen más lentos. Supongo que si, tras sólo una sesión lo he notado, su compromiso no está dado a ciegas.
Bueno chicas y chicos, si queréis libraros de la depilación y olvidaros de las cuchillas, ceras y demás métodos de tortura, ahora puedo deciros que el láser es una muy buena opción y que, a la larga, sale a cuenta.
¡Feliz veranito!
